Un robot no puede hacer daño a un ser humano, o por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Esa es la primera ley de Asimov, y la primera ley que ella quebró.
Así es la sinopsis de la nueva serie de ciencia ficción “Mejores que nosotros” disponible en Netflix. “Luchshe, chem lyudi” en Ruso, su idioma original o “Better Than Us” en inglés plantea una sociedad futurista que está ambientada en el no tan lejano 2029, donde los androides o “bots” son parte del paisaje social y laboral cotidiano.
Creada por Aleksandr Kessel y Aleksandr Dagan esta serie se convierte en la primera de origen Ruso en llegar a la plataforma On Demand más famosa de latinoamérica.
La propuesta narrativa pone foco a los problemas que pueden ocasionar los robots al no obedecer las 3 leyes de la robótica, las cuales son la base fundamental de todas las tramas de ciencia ficción relacionadas a las máquinas inteligentes. Ya vimos futuros distópicos en películas como Terminator (1984) o Autómata (2014) donde las máquinas son capaces de “evolucionar” modificado o evadiendo las leyes de la robótica, pero este no es el caso, estamos ante la oportunidad de imaginar un futuro armónico, sin guerras nucleares pero con un fuerte problema de base social, donde los bots toman parte del mercado laboral quitándoles puestos de trabajos a los humanos. En este contexto llega Arisa, un proptotipo de origen extranjero que formará parte de una serie de nuevos robots capaces de sentir, capaces de ser empáticos ¿se lo imaginan?.
A lo largo de la trama podemos ver las idas y vueltas que tiene el protagonista lidiando con sus problemas personales, adaptándose a este nuevo elemento robótico en su vida y luchando contra el líder de una mega-corporación.
Es una gran oportunidad para plantearse cómo sería nuestra vida si los robots pasaran de ser un mero electrodoméstico, como lo sería la cocina o el lavarropas, a ser parte del círculo familiar íntimo, estamos hablando de romper esa delgada barrera del “ellos” y el nosotros. (como también se puede ver en Black Mirror en su capítulo “Vuelvo enseguida” lo que sería con-vivir con un ro/bot familia, ¿el amor de nuestras vidas? – o películas como “The Stepford Wifes” (2004) una tragicomedia donde podemos imaginar “mujeres perfectas”)
Por otro lado tenemos argumentos como el de Autómata (2014), película dirigida por Gabe Ibáñez , donde logramos tener una interesante visión a las posibilidades de la inteligencia artificial, evolucionada, independiente, capaz de romper las leyes de la robótica que no son mas que limitaciones a la programación de estas máquinas, las cuales en otras historias como en Terminator o series como Black Mirror en su capítulo Metalhead nos demuestran que las cosas se pueden ir de control, son casi como una advertencia, o un inevitable camino a un dominio completo por parte de las máquinas como lo plantean las hermanas Wachowski en The Matrix (1999).
Por lo pronto son mundos que sólo podemos imaginar o seguir en canales de YouTube como el del MIT que nos muestran los avances en robótica disponibles al momento como este ejemplo del Mini Cheetah (cualquier parecido con metalhead es pura coincidencia).
Todo indica que (como siempre) un futuro próspero depende de nosotros y de que las ambiciones de poder no nos lleven a un inevitable desastre, después de todo “ellos” son mejores que nosotros.
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Last modified: 2 de diciembre de 2022